Con el final del primer trimestre y las primeras conferencias de padres y maestros del 2018 cerca, recuerdo la primera conferencia a la que asistí como padre. Honestamente, recuerdo estar un poco sorprendido por algunos de los números. ¿Cómo podría alguien no ver a mi hijo como el faro resplandeciente de excelencia académica como lo veía yo? Claro, hubo varias materias con altas calificaciones, pero ¿qué pasó con esas 2 o 3 más bajas que las demás? Seguramente, debe de haber un error, un malentendido o … ¿podría ser un ataque directo? Bromas aparte, creo que es probablemente una experiencia común para nosotros los padres. Aunque la mayoría de nuestros estudiantes tienen un desempeño académico bastante bueno, todos tienen sus propias fortalezas y desafíos. Al surgir desafíos, creo que es importante cómo interpretamos los comentarios, cómo conceptualizamos el crecimiento y el éxito, y cómo comunicamos sobre ello a nuestros hijos.
Por consiguiente, son varias las oportunidades que se presentan: primero, una oportunidad para conversar sobre fortalezas y desafíos personales; segundo, para darnos cuenta de que todos trabajamos de manera diferente en entornos distintos y, por lo tanto, nos relacionamos de manera distinta con personas diferentes; y, tercero, es una oportunidad para incorporar una mentalidad expansiva a medida que examinamos nuestra perspectiva sobre lo que significa tener éxito o fracasar. Al aprovechar todas esta oportunidades a fin de entablar conversaciones con nuestros hijos, nos ayudan a todos a ser aprendices completos que se adaptan y prosperan en diversos entornos.
Es bastante razonable esperar que cada individuo posea sus propias fortalezas y desafíos. Al contrario, sería sorprendente si todos fueran automáticamente perfectos y ejemplares en todo lo que intentasen. A mi juicio, puede resultar útil enfocarse en las fortalezas de un niño para ayudarlo a enfrentar algo que podría ser más difícil. Es común enfrentar dificultades o desafíos a lo largo de la vida, y las herramientas y estrategias de aprendizaje para resolver problemas difíciles realmente pueden ayudar a los niños a desarrollar confianza y aumentar su nivel de independencia. Por ejemplo, si uno de los puntos fuertes de mi hijo es la creatividad, puedo utilizarlo como una guía sobre cómo ayudarlo a usar la creatividad para resolver problemas o pedir ayuda. Si alguien tiene curiosidad por la naturaleza, podemos ayudarlo a aprovechar su curiosidad en situaciones más desafiantes para explorar posibles soluciones. Si un alumno es naturalmente persistente en algunos entornos, podemos ayudarlo a utilizar su fortaleza para persistir en otros entornos. Ayudar a los niños a identificar sus puntos fuertes puede ser una conversación realmente satisfactoria y gratificante tanto para nosotros como padres, como para el niño a medida que aprende sobre sí mismo y desarrolla la autoconciencia.
En cuanto a la mentalidad expansiva, cuando enfatizamos la importancia de la práctica como paso clave para adquirir habilidades nuevas, es fácil reconocer que cuando se obtienen puntajes más bajos en un determinado tema, simplemente significa que necesita más práctica y quizás alguna ayuda adicional. Es una oportunidad para buscar e incorporar comentarios de un maestro y aprender nuevas formas de lograr nuestros objetivos. Los contratiempos o desafíos en el aprendizaje brindan la oportunidad de ver las cosas de una manera diferente y lograr niveles más profundos de comprensión. Con énfasis en la participación y el esfuerzo, es relativamente fácil, en Futuro Verde, obtener la ayuda que necesiten de los maestros cuando hay una situación que requiere más atención. En términos generales, la mayoría de los estudiantes se ubican dentro del rango de aprendizaje óptimo. Además, con la idea de que “se necesita un pueblo entero para criar a un niño”, todos trabajamos juntos hacia el crecimiento y desarrollo saludable del niño.