by Emma Ruppert | May 28, 2018
I have always been a very curious person and very dedicated to my learning and study processes, and growing up I have always wanted to give the best of myself and push myself as much as possible in every aspect.
Arriving at Futuro Verde at the beginning of the 2017 school year, in ninth grade, my desire to improve was persistent and my goals were firmly fixed in my mind. Each day, the teachers taught me something different that sparked my interest, led me to investigate and enabled me to have enlightening conversations of which I still think fondly of today. Every lesson was transformed into something exciting and interesting. Thanks to the academic programs and the teachers, I had the opportunity to work in an art laboratory, take a classical languages course, be part of a women’s volleyball team and win the school tournament with my class, write essays about topics that I felt passionate about for the first time in my life, experience challenging learning methods and really appreciate the lessons that awaited me on a daily basis.
During this year and a half of study time at Futuro Verde, I have not only met exceptional people with whom I shared new experiences with, yet I also learned to really appreciate the work that each teacher does in order to instruct each student, and the effort they put in so that each lesson is successful. For this reason, I want to thank teachers, classmates and the entire school administration for the wonderful opportunity they have given me in helping me grow, strive and believe in myself. It is thanks to my studies at Futuro Verde that my vision of the world has changed and that my desire to change it continues to increase, but it is especially thanks to this educational center that I have discovered the power of education and teaching.
Futuro Verde, meaning the people that shape it and all my experiences with them, is a second family that I will always take with me, especially now that my new goal at UWC Hong Kong is approaching.
by Emma Ruppert | May 28, 2018
Siempre he sido una persona muy curiosa y muy dedicada a mis procesos de aprendizaje y estudio, y creciendo he querido constantemente dar lo mejor de mí y esforzarme lo más posible en todo aspecto.
Llegando a Futuro Verde al comienzo del año lectivo 2017, en noveno grado, mis ganas de mejorar eran persistentes y tenía mis metas bien fijas en la mente. Los profesores cada dìa me enseñaban algo diferente de lo cual interesada iba a investigar, pudiendo así traer a la luz sugestivas conversaciones en las cuales pienso todavía hoy en día, toda lección se transformó en algo emocionante e interesante. Gracias a los programas académicos y a los profesores pude trabajar en un laboratorio de arte, tomar un curso de lenguas clásicas, ser parte de un equipo de voleibol femenino y ganar el torneo escolar entre grados junto a mi clase, escribir por primera vez ensayos sobre temas que me apasionan, salir de mi zona de confort en cuanto a los métodos de aprendizaje y poder realmente apreciar las lecciones que me esperaban diariamente.
En este año y medio de estudio en Futuro Verde, no solo conocí personas excepcionales con las que pude compartir nuevas experiencias, también pude aprender a apreciar realmente el trabajo que cada profesor hace para poder instruir a cada alumno, y el esfuerzo que hacen para que cada lección sea exitosa. Por esto quiero agradecer a profesores, compañeros y toda la directiva del colegio por esta gran oportunidad que me han dado en ayudarme a crecer, esforzarme y creer en mí misma. Es gracias a mi proceso de estudio en Futuro Verde que mi visión del mundo ha cambiado y que mis ganas de poder cambiarlo siguen aumentando, pero especialmente es gracias a este centro educativo que he descubierto el poder que tienen la educación y la enseñanza.
Futuro Verde, es decir las personas que lo forman y todas mis experiencias con ellas, es una segunda familia que siempre llevaré conmigo y especialmente ahora que mi nueva meta, en UWC Hong Kong, se acerca.
