La importancia del aprendizaje preescolar
Cuando estuve en Nueva Zelanda en el año 2015, estudiando su sistema educativo, me impresionó su compromiso con la educación preescolar. El gobierno de Nueva Zelanda financia 20 horas de preescolar para cada niño a partir de los 3 años. La visión de Nueva Zelandia para los miembros de su sociedad es de educar a ciudadanos confiados, conectados, involucrados activamente, y estudiantes de por vida. En dicho país se valora la excelencia, la innovación, la investigación, la curiosidad, la diversidad, la equidad, la comunidad, la participación, la sostenibilidad ecológica y la integridad. Además, son conscientes de que el camino hacia una ciudadania comprometida, conectada y confiada comienza cuando nacen. Entienden que una inversión en preescolar es rentable porque fortalece la salud económica y física y el bienestar de su futura sociedad.
Me marché de Nueva Zelanda deseando que la enseñanza preescolar fuese una opción para cada niño en cada país. Dondequiera que la educación preescolar sea opcional y/o no financiado, se subestima enormemente su importancia en el desarrollo infantil. Además de ser el lugar donde establecen relaciones recíprocas con compañeros y adultos fuera de su familia, es donde los niños son expuestos a lenguaje, números y arte, donde aprenden a turnarse, asumir riesgos responsables y resolver problemas. La enseñanza preescolar no debe ser ni una guardería glorificada, ni un jardín de infancia precoz. Si bien la lectura, escritura y las matemáticas no deben ser negadas a nuestros estudiantes más jóvenes, el enfoque primario del departamento preescolar debe ser el desarrollo social y emocional. Cuando los niños no aprenden primero a reconocer, nombrar y lidiar con sus propios conflictos y emociones, el aprendizaje académico a nivel de la escuela primaria se complica bastante. La enseñanza preescolar se puede comparar a los cimientos de una casa. Aunque requieren de una gran inversión de tiempo, suelen ser ignorados como componente primordial de una construcción sólida. Sin embargo, cuando faltan, uno no halla dónde poner los primeros ladrillos.