Empecé a practicar Mindfulness sin saberlo, cuando en los años de universidad me encantaba llegar más temprano a la U, para acostarme en el zacate a escuchar los bambús moverse o a meter los pies en la piscina y escribir sobre lo que había a mi alrededor.
El Mindfulness es la atención plena, todo el foco de nuestra atención en el momento presente. Y es completamente entrenable. Como ejercitarse en el gimnasio, la mente, a través del Mindfulness puede entrenarse en paciencia, observación sin juzgar y estar presentes.
Por medio de diferentes ejercicios, tanto de meditación como juegos, podemos enseñar a nuestros niños y niñas a estar presentes, a ser conscientes y reconocer lo que sienten.
No se trata de dejar de sentir o controlar las circunstancias, se trata de ser la observadora, no adelantarse a las circunstancias ni vivir del pasado. Se trata de darse cuenta. Se trata de aceptación.
“No siempre podemos cambiar lo que pasa afuera de nosotros, pero sí podemos cambiar lo que pasa adentro.”