El día 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro, es una conmemoración para el fomento de la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual, esta fecha es simbólica al ser el mismo día del fallecimiento de los escritores Cervantes y Shakespeare, entre otros escritores reconocidos.
Aunque en esta fecha el objetivo es alentar a las personas, en especial a los jóvenes a descubrir el placer de la lectura no es una tarea fácil de incentivar en edades tempranas. Según Jiménez Martínez nos menciona el objetivo del fomento de la lectura en :
Los libros y su lectura dan al ser humano libertad absoluta. De ahí la importancia que nuestros pequeños se transformen en lectores con el deseo de recurrir, por un lado, a la lectura como voluntad y para saciar su demanda de información, así como por otro, para satisfacer la necesidad que tanto adultos y niños tenemos de construirnos un mundo, fuera de la realidad en la que vivimos, en el que podamos dar rienda suelta a nuestra fantasía y que nos permita disfrutar y volar sin atadura alguna. (2004, p.25)
En la escuela enseñan a leer como un acto mecánico, pero al incluir la lectura en complemento con una biblioteca escolar, actividades lúdicas, la lectura se vuelve un proceso íntegro de la persona, donde se mezcla las emociones al escuchar una nueva historia de su tema favorito, su intelecto al descubrir nuevos aspectos y puntos de vista, así como su físico al jugar por medio de una historia.
Los niños no están exentos de descubrir el mundo todos los días, y la narración de cuentos es parte de este proceso, es por esta razón que no se debe de obligar al niño a la lectura sino motivar de forma sana, de esta forma el aprovechamiento escolar y personal poseen un gran avance. El niño/a debe de escoger por sí mismo el libro que se motive a leer, ya que de esta forma siente el poder de libertad y gustos.
‘‘Cuando uno lee desde niño se forma algo tan personal como nuestro gusto y criterio de selección.’’ (Jiménez Martínez, 2004, p.136)
Se debe de recordar que el leer es un derecho no un deber, es por esta razón que obligar a los niños, niñas y jóvenes a leer no es inutil a la de buscar interés por la lectura, relacionan la lectura con un momento académico u obligatorio en vez no de ocio y amor por la lectura.
Los padres de familia en el afán que sus hijos puedan adoptar el hábito de la lectura, pueden seguir estos consejos en el hogar:
El ejemplo
Los niños al observar su entorno van aprendiendo de esté, es por esto razón que en el hogar los padre de familia deben de dar el ejemplo de lectura, no se puede transmitir un sentimiento de lectura al niño si en el hogar no se tiene estos tiempo. Si los padres no muestran a sus hijos que ellos también son capaces de tomar un tiempo y leer pero sobretodo disfrutarlo, los hijos será muy difícil de inculcar ese amor por la lectura.
En un hogar tradicional si una familia toma tiempo para observar televisión todos los días, los niños van aprendido qué ver televisión los hace feliz e imitan a sus padres. Es momento de cambiar de perspectiva y tomemos ese tiempo como adultos para leer en casa.
Según Arri ‘‘Las personas a las que les gusta leer normalmente han tenido algún familiar que les ha transmitido la pasión por los libros. La falta de tiempo no es excusa porque cuando algo realmente se quiere, se busca el tiempo’’ (2012, p.313).
Leer en familia
La lectura no siempre es una actividad que debe de realizarse en solitario, esto provoca que los niños se sientan desplazados, más en edades tempranas, el momento de lectura puede ser un gran momento para pasarlo en familia, sentarse con los niños y pasar un agradable tiempo en familia, y agregarle siempre amor. El niño al escuchar a sus padres leer, comprenden de mejor forma el mensaje de la historia, y así pueden también leer juntos y crear lazos afectivos por medio de la lectura.
Adiós al silencio
En relación con los niños pequeños, leerles en voz alta, tiene como utilidad guiar aquellos que poseen mayor dificultad en la lectura, así como enseñarles el ritmo de una lectura sana, en tono regular, no correr a la hora de leer, tomarse el tiempo necesario con pautas. Los sonidos y diferentes voces también dan una gran diferencia. ¡Adiós al silencio! Bienvenidos los sonidos que pueden acompañar nuestras historias y hacerlas más divertidas y llamativas.
Para los jóvenes la lectura en voz alta también ayuda a mejorar la pronunciación y atención, así que leer en silencio, no está mal pero también deberíamos agregarle más voz a las letras.
La lectura no debe ser un examen ni castigo
La palabra examen para un niño o adolescente es sinónimo de estrés y ansiedad, es por esta razón que no debemos convertir cada lectura en un cuestionario, el lector tiene todo su derecho de guardar silencio ante un libro.
Así también en condicionar la lectura, ya que en ese caso la lectura sería la obligación y la condición un premio, ‘‘si no lees, no tendrán tiempo con videojuegos’’, la lectura en sí ya es un premio, no se debe de convertir en castigo ni obligación.
Derecho a elegir
El padre de familia puede analizar los contenidos de un libro, o la complejidad del mismo pero no debe de colocar barreras hacia la lectura, si tiene temas polémicos y el joven desea tener acceso a este libro, es mejor leerlo y reflexionar sobre el tema, a negar una lectura. Si el nivel de lectura es mayor, dejamos que el mismo lector experimente y reconsidere otro. No censurar, ni discriminar un libro.
Recuerda la lectura es lo que nos ha hecho ser libres, dejemos a nuestros hijos a nuestros hijos a descubrir nuevas opiniones, lugares y mundos.
Referencias
Arri, M. A. (2012). Errores de padres en su afán por que sus hijos lean. Boletín de La Asociación Andaluza de Bibliotecarios, 27(103), 312–314.
Jiménez Martínez, Lutgardo. (2004). Bibliotecas escolares: en un lugar de lectura. Boletín de La Asociación Andaluza de Bibliotecarios, 19(75–76), 135–147.
