El rol del deporte en la sociedad y en la crianza de las próximas generaciones suele tener muchísima más relevancia de la que a veces creemos. El deporte no es únicamente salud, sino que también significa compañerismo, respeto, disciplina, sacrificio, cooperación, competitividad, trabajo en equipo, convivencia, igualdad, justicia, empatía, creatividad, perseverancia, humildad, diversión, autodisciplina, y autoconocimiento . Valores y virtudes que son indispensables, no solo en el ámbito deportivo, sino que deben ser aplicados a la cotidianeidad de nuestras vidas, para así vivir en una sociedad en constante desarrollo, y en la cual reine la paz.
Con todos estos atributos, podemos afirmar que el deporte tiene un maravilloso poder para cambiar a las personas, y porque no, para cambiar el mundo. El deporte no debería jamás de ser un privilegio solo para algunos, el deporte es un derecho, al cual todos, desde pequeños, debemos tener acceso, y debemos ser incentivados a que así sea. Si sabemos aprovechar sus beneficios, el deporte será una herramienta fundamental para fortalecer vínculos, objetivos, y solidaridad.
En el Mes del Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, que se celebra el 6 de Abril de cada año, qué mejor que incentivar a nuestros niños a participar de actividades físicas que mejoren nuestra salud, bienestar, y nuestra calidad de vida como individuos y como comunidad. El espíritu deportivo y de equipo es una herramienta muy poderosa para aprender a superar las dificultades e incertidumbres, tales como las que hemos tenido que experimentar en el último año al atravesar la pandemia del Covid-19, y contra la cual aún seguimos luchando.
En esta ocasión, en esta fecha tan especial para aquellos que somos apasionados del deporte y la vida saludable, tenemos la posibilidad de reflexionar y dar el merecido reconocimiento y valor que el rol del deporte tiene en nuestras vidas, en el desarrollo de nuestros niños, y en la paz de nuestras sociedades.